Un viaje a través de los sitios más bellos de Dresde, una polis
marcada por la historia y la arquitectura. Turismo en una de las
ciudades más interesantes de Alemania
Dresde, o Dresden en alemán, es una encantadora ciudad de la región de Sajonia
(Alemania). Su interesante pasado, la belleza de su paisaje urbano y la
riqueza de sus monumentos la convierten en un destino ideal para los
amantes del arte y la historia.
Destruida casi por completo durante los bombardeos
de finales de la Segunda Guerra Mundial, resurgió de sus cenizas
reconstruyendo todas las deslumbrantes obras arquitectónicas que fueron
consumidas por la tormenta de fuego que provocaron las bombas aliadas.
En la actualidad, no quedan rastros visibles de este triste capítulo de
su historia. Dresden es una ciudad deslumbrante, con armónicas
construcciones y un precioso paisaje. Sin embargo, las huellas de la
guerra están aún presentes en la memoria de sus ciudadanos y en las
casas de souvenirs donde se pueden adquirir postales con la imagen de la
ciudad devastada.
La impactante Frauenkirche (Iglesia de las Mujeres)
Esta Iglesia
Protestante es, sin lugar a dudas, el símbolo de la ciudad. Fue
construida entre 1726 y 1743 por Georg Bähr y totalmente destruida por
el fuego en 1945. Durante años, sus restos fueron conservados por el
gobierno de la RDA como un monumento de guerra; con la caída del muro de
Berlín,
se iniciaron las gestiones para su reconstrucción que comenzó en 1994
y, tras un largo proceso, fue reinaugurada en 2005.
Su bella cúpula se alza sobre el cielo de Dresden cautivando a los
turistas, quienes la fotografían de sus cuatro costados.
Si bien la
magnificencia de su fachada circular es realmente llamativa, al ingresar
a la Frauenkirche
uno queda sin palabras. La belleza de su interior blanco con detalles
dorados, los frescos de su cúpula, el inmenso y delicado órgano y el
precioso altar generan en uno una sensación simplemente indescriptible.
Es un sitio que vale la pena recorrer, sea uno creyente o no.
Visitar el elegante Palacio Zwinger
Este edificio
barroco recibe su nombre del muro exterior que rodeaba a las fortalezas
(en alemán Zwinger o Ringmauer) en el pasado. Fue construido a
principios del siglo XVIII por M.D. Pöppelmann, como invernáculo de
naranjos a pedido de Augusto el Fuerte. En la actualidad, alberga una
enorme y espectacular colección de porcelana de Meißen
y de Asia Central y una interesante colección de pinturas del
Renacimiento, el siglo XVI y XVII, entre las que destacan obras de
Rembrandt, en su galería Alte Meister.
Conocer la maravillosa Semperoper (Ópera de Dresde)
La Ópera Semper
es una de las más prestigiosas del mundo. Su acústica y belleza
deslumbran fácilmente a quienes tienen el placer de recorrerla. El
primer edificio se levantó en 1838, debiendo ser reconstruido entre 1871
y 1878 debido a un gran incendio. Tras la destrucción de 1945, se
levantó nuevamente una construcción idéntica a la perdida.
En su interior, llaman la atención las pinturas de paredes y techo, las
majestuosas arañas y los preciosos detalles de estuco.
Contemplar la belleza gótica de la Katholische Hofkirche
Esta Catedral Católica
fue construida por el arquitecto Gaetano Chiaveri entre 1738 y 1751.
Como sucedió con gran parte de los monumentos de esta ciudad, fue
gravemente dañada durante la guerra y debió ser reconstruida.
Se trata de un edificio de gran tamaño, con tres naves y cuatro
capillas. Su cúpula de 83 metros y medio posee una extraordinaria
belleza. En su interior, destacan el órgano de Gottfried Silbermann, la
cripta donde se encuentra el corazón de Augusto el Fuerte, un retablo de
Mengs y el púlpito rococó de Permoser.
Pasear por la calle principal o Hauptstraße
Es la principal calle de la ciudad. Rodeada de árboles y pequeños cafés
es una zona ideal para dar un largo paseo contemplando los escaparates
de las numerosas tiendas y las fachadas de los exquisitos edificios
barrocos que la pueblan.
Tour por los palacios del río Elbe
A lo largo del río Elbe se encuentran sobre pequeñas lomas algunos
encantadores palacios del siglo XIX como el Albrechtsberg, Lingner y
Eckberg. Contemplar esas increíbles mansiones y sus reflejos en el agua
es un recorrido realmente satisfactorio.
Recorrer el Residenzschloss, majestuosa residencia real
El Palacio Real
es uno de los edificios más antiguos de Dresden y, por este motivo,
aúna varios estilos desde el románico hasta el barroco. En su interior
se encuentra la Bóveda Verde (das Grüne Gewölbe) que alberga los tesoros de la monarquía sajona.
Relajarse a orillas del río en la Terraza de Brühl (Brühlsche Terrasse)
La Terraza de Brühl lleva ese nombre en honor al Conde Heinrich von
Brühl quien mandó a construir un palacio en este lugar. En la actualidad
es una plaza pública donde se puede pasear y tomar impresionantes
fotografías; al encontrarse a orillas del río Elbe, es el lugar perfecto
para subir a uno de los barcos a vapor y ver la ciudad desde otra
perspectiva.
De compras en el Altmarkt
El Mercado Antiguo se ubica en la plaza más antigua de la ciudad,
rodeado de edificios de estilo barroco, entre los que destaca el Palacio
de la Cultura construido en 1969.
Disfrutar al aire libre en el Großer Garten
Este parque, con su lago central y su trencito a batería eléctrica y
vapor que lo recorre entero, es el sitio ideal para relajarse y pasar un
día en familia. Pasear en un pequeño barco, patinar, andar en bicicleta
o pasear por el zoológico son tan sólo algunas de las actividades que
se pueden desarrollar aquí.
Dresden
es una ciudad cautivadora. Su belleza arquitectónica sumada a su
conmovedora historia no dejan inmune a ninguna persona que la visita.
Imágenes: ReneS, Christian Denis Mueller, Ronny Kreutel, X-Weinzar
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