La localidad de Almonte, en la provincia de Huelva, es
conocida internacionalmente por dos de sus principales enclaves: la Aldea y el
Santuario del Rocío y el Parque Nacional de Doñana.
La Aldea del Rocío es una buena muestra del fervor religioso
que los almonteños sienten por su virgen, cuyo punto álgido tiene lugar la
madrugada del último día cuando los feligreses saltan la verja del santuario para
llevar a hombros a la virgen por toda la aldea.
Por su parte, el Parque Nacional de Doñana es un enclave
natural protegido de más de 100.000 hectáreas donde conviven una gran variedad
de plantas y animales repartidas por los humedales que conforma el río
Guadalquivir y por un gran número de dunas.
Pero Almonte posee otros muchos valores intrínsecos, como la
belleza de su término municipal rodeado de viñedos y marismas; los más de 60
kilómetros de buenas playas que se reparten por su litoral, como la de
Matalascañas, de cinco kilómetros de extensión; su patrimonio monumental y
cultural; su deliciosa gastronomía o su calendario festivo.
Cualquier época del año es buena para visitar Almonte, ya
que sus veranos son muy cálidos y sus inviernos suelen ser templados. La
temperatura media anual se halla en torno a los 17 grados, un tiempo
perfecto para disfrutar de Almonte y de todos sus atractivos.
El patrimonio
monumental y festivo de Almonte
Además de la Aldea del Rocío y el Parque Nacional de Doñana,
mundialmente reconocidos, Almonte posee otros puntos de interés para el
visitante, como su Casa Consistorial, que fue construida en el siglo XVI; la
Iglesia de la Asunción, que tuvo que ser totalmente rehabilitada tras el terrible
terremoto del Lisboa del año 1755, que afectó tanto a la provincia de Cádiz
como a la de Huelva; la ermita del Santo Cristo, del siglo XV y dedicada al
Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, o el Museo de la Villa, un antiguo molino de
aceite donde se recoge una interesante muestra etnográfica de las relaciones
que el municipio mantiene con su entorno natural, especialmente con Doñana.
De gran interés resulta también el calendario festivo de
Almonte, que incluye eventos tan destacados como la Romería del Rocío, que
tiene lugar todos los años el fin de semana del Domingo de Pentecostés. También
la Semana Santa almonteña ha ido adquiriendo prestigio en las últimas décadas,
gracias a sus hermandades y cofradías, como las de Jesús Cautivo, la de la
Virgen del Rosario o la de Jesús del Gran Poder.
La Feria de Almonte es otra de las fechas destacadas, y se
celebra por San Pedro, el 29 de junio. Otras fiestas señaladas en Almonte son
el Rocío Chico (18 y 19 de agosto), o el AICAB, Aldea
Internacional del Caballo, un certamen internacional que se celebra en la aldea
de El Rocío y que gira en torno al mundo del caballo (agosto).
Comer y alojarse en
Almonte
En Almonte, al igual que sucede en muchas localidades
españolas, sus cocina es el resultado de la fusión de todas aquellas culturas
que pasaron por su término municipal a lo largo de la historia. Esta riqueza se
traduce en sus deliciosos platos, elaborados a base de carnes, pescados, frutas
y hortalizas. Hay que destacar otros ingredientes autóctonos como el aceite, la
miel, los zumos o el buen vino que se elabora en esta zona.
Entre las recetas más tradicionales y populares de Almonte
encontramos la caldereta de cordero, las chuletillas de cordero de marisma, la
corvinata (un pescado de este litoral) en salsa de almendras, los guisos de
conejo, el buche y, para los más golosos, los alfajores, sin olvidar el típico
caldito rociero que entona el cuerpo durante los días de Romería.
En cuanto al alojamiento, la localidad de Almonte dispone de
un establecimiento de tres estrellas, el Hotel Rural Los Pinos; los hoteles
Toruño, La Malvasía, Rocío Doñana, Pequeño Rocío y el Rocío, todos de dos
estrellas, y los hoteles Camino del Mar, El Cortijo de Los Mimbrales y La Fonda del Rocío, de una estrella.
Hay que tener en cuenta también el Camping La Aldea, situado
a medio kilómetro de la Aldea del Rocío y cuya categoría es de tres estrellas.
Almonte es una villa que rebosa animación durante algunos de
sus populares eventos, pero que reposa tranquila el resto del tiempo, rodeada
de viñedos, marismas, pinos, olivos, dunas o aves que se sienten afortunadas de
anidar en este privilegiado enclave.
Gracias a Belén Valdehíta por esta colaboración en Viajes, Ocio y Placer. ¡Excelente como siempre!
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