viernes, 13 de enero de 2012

Itinerario para visitar Roma en tres días

Todos los caminos conducen a Roma”, dice el viejo dicho romano. Roma, la ciudad eterna de emperadores, gladiadores y conquistadores.  


Primer día: Recorriendo la Roma Antigua 

El Foro Romano y el Palatino ameritan paciencia e información para recorrerlos, ya que en ninguna de estas dos atracciones hay referencias sobre lo que se está observando. Si se va a visitar ambos monumentos y el Coliseo, es recomendable comprar el pase en la fila del Palatino, donde siempre la cantidad de gente es menor.

En el Coliseo no deje de cerrar los ojos e imaginar que se escuchan los rugidos de leones y el grito de “Sangue” de los espectadores de los “juegos del circo”. Vale la pena observar el Arco di Constantino, construido en el 312 con materiales tomados del Arco de Trajano y Marco Aurelio entre otros monumentos, una verdadera recopilación de arte.

Sobre la base del Palatino, se encuentra el Circo Massimo, antiguo centro de las carreras de bigas, con capacidad para 200.000 espectadores.  

Segundo día: Paseando entre piazzas y obras arte 

Caminando por Via dei Fori Imperiali se arriba a Piazza Venezia, donde se encuentra “Il Vitoriano”. Fue levantado en honor al “padre de la patria”, el rey Vittorio Emanuelle. Al pie de la estatua de Roma, se encuentra el altar al soldado desconocido. 

A unos 700 metros, nos topamos con el Pantheon, un monumento clásico reconstrucción del antiguo templo de Agripa. En Piazza Navona, encontramos La Fuente de los Ríos, maravillosa obra de Bernini. 



Sobre la Via Muratte, nos espera la Fontana di Trevi, espectacular obra de arte, paso obligado por Roma si es que se quiere regresar. Por Via Condotti se llega a la Piazza Spagna. La vista se detiene en la escalinata, que conduce a la Iglesia de la Santísima Trinità dei Monti, en la Fuente de la Barcaccia (obra de Bernini) y en la Columna de la Inmaculada Concepción. 

Para los amantes de la naturaleza, la Villa Borghese es una buena opción: un parque de estilo inglés, repleto de museos y fuentes de incalculable belleza. La Piazza del Popolo es totalmente simétrica, aquí se emplaza la Iglesia Santa María del Popolo. Quien ama el arte puede disfrutar de una colección que engloba a Pinturicchio, Caravaggio y Rafael, entre otros.  
Tercer día: Visitando la Ciudad de Vaticano y el Trastevere 

Los ojos se maravillan al ingresar y toparse con la Piazza San Pietro rodeando la majestuosa Basílica de mismo nombre. Recorrer la Basílica de San Pietro implica dejarse conmover con la delicadeza de La Piedad y la belleza imponente de la Cúpula de Miguel Ángel. 



La Capilla Sixtina, uno de los lugares más visitados de Roma, deja con la boca abierta a la mayoría de los visitantes. De una magnitud inexplicable, es difícil observarla en su totalidad. Mirar hacia arriba marea y la perfección de la obra embriaga. Es recomendable visitarla con tiempo, para tomarse unos momentos descansando la vista antes de continuar estudiándola. 

Caminando por la Via della Conciliazione, se erige junto al río Trastevere el Castel Sant’Angelo, mausoleo familiar de los emperadores. Cuenta la leyenda que el Papa Gregorio I, durante la epidemia de peste, vio sobre su cima al Arcángel San Miguel simbolizando con su espada el fin de la debacle y adquiriendo así el castillo su nombre. 

Luego de recorrer una zona residencial con callecitas de empedrado y cafés típicamente italianos, arribamos a la Iglesia Santa María in Trastevere: bella iglesia románica, austera y acogedora en su interior. 

Abandonamos Roma y nos vamos derecho a aeropuerto, con el corazón rebozando de dicha, felices porque hemos dejado nuestra moneda en la Fontana di Trevi y volveremos algún día, a recorrer todo lo que esta ciudad aún tiene para ofrecer a grandes y chicos.

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