Información básica sobre los puntos de interés de Lisboa para
disfrutar de un paseo mágico. Vacaciones rodeadas de historia y
modernidad.
Anclada junto al río Tajo, Lisboa
es una ciudad atrapante, no sólo por su belleza sino también por la
tranquila convivencia del pasado y la modernidad. Estrechas callejuelas y
antiguos tranvías se entremezclan con grandes tiendas, elegantes
edificios y suaves melodías interpretadas por artistas callejeros que
otorgan a la capital portuguesa una personalidad única.
Pasear por Lisboa implica volar en el tiempo hacia el pasado cuando se
recorre el centro histórico y deslumbrarse con la majestuosidad de las
nuevas construcciones. Sin lugar a dudas, es un lugar mágico lleno de
contrastes capaces de encantar al turista.
Recorriendo el barrio de La Baixa
El casco histórico es uno de los sitios más interesantes de la ciudad.
Ineludible es la visita a la reconocida Plaza del Comercio, un bonito
emplazamiento frente al río rodeado por edificios gubernamentales desde
donde se puede apreciar el Arco Triunfal en todo su esplendor.
A través del arco, se ingresa a la Rua Augusta. Antiguas construcciones
con azulejos, bares, casas de souvenirs y grandes tiendas
pueblan una de las peatonales más importantes de Lisboa. Al final de la
calle, se encuentra la Plaza del Rossio, un lugar perfecto para
disfrutar de una copa mientras se contempla el imponente Teatro
Nacional.
Visitar El Chiado, el Barrio Alto y La Alfama
El Chiado y el Barrio Alto ofrecen gran variedad de pequeños
restaurantes y locales de movida nocturna. “A Brasileira” es uno de los
cafés tradicionales de la zona, lugar de encuentro de intelectuales a lo largo de los años. Ideal para disfrutar de un buen café o una rica caña en un ambiente antiguo e intimista.
Quizás el barrio más pintoresco de la ciudad sea La Alfama.
Sus angostas callejuelas entretejen una zona mágica. Sus casas
descascaradas y sus empinadas calles empedradas recuerdan a las pequeñas
callecitas de Nápoles. Sin lugar a dudas, vale la pena recorrerlo a pie o en tranvía.
La Lisboa medieval: el Castillo San Jorge y la Catedral do Sé
Justo sobre la colina más alta de la ciudad, se encuentra el Castillo
San Jorge. Su emblemática figura recortada contra el cielo se asemeja a
los típicos castillos de los cuentos de hadas: altas murallas, torres
inalcanzables y algún que otro cañón asomando entre sus piedras.
Esta fortaleza de origen árabe posee una vista privilegiada de la
ciudad. Desde sus torres y miradores pueden tomarse algunas de las
mejores fotografías aéreas de Lisboa,
con sus casas de tejas rojizas contrastando con el blanco predominante
de sus paredes, y el río de fondo. Sin embargo, para realizar una buena
foto del castillo es recomendable subir al Elevador de Santa Justa en La
Baixa.
La fachada de la Catedral do Sé se asemeja a una fortaleza medieval. Por
dentro es austera y elegante, dueña de una bella confluencia de los
estilos gótico, barroco y neoclásico que durante años han ido aunándose
con cada restauración. Una interesante joya arquitectónica digna de ser
visitada.
Turismo en Belém, suntuosidad a flor de piel
En esta zona de Lisboa
se ve plasmada la antigua grandeza de Portugal. La Plaza del Imperio,
con sus cuidados jardines coronados por una inmensa fuente, escoltan la
majestuosidad del Monasterio de los Jerónimos, construido en el siglo
XVI. El pórtico es una verdadera obra de arte, al igual que las
ornamentaciones de arte manuelino
que decoran el interior.
Cerca de allí, se alzan la famosa Torre de Belém, construida en el siglo
XVI, y el Monumento a los Descubrimientos, realizado en 1960 en memoria
de Enrique el Navegante.
La modernidad de la capital portuguesa: El Parque de las Naciones
Grandes edificios de líneas modernas, hoteles y casinos han poblado la
zona utilizada en 1998 para la Expo Lisboa. El Parque de las Naciones
mantiene aún sus construcciones emblemáticas como el Oceanario y el
Pabellón de Portugal,
pero quizás su mayor atractivo sea hoy en día ser el barrio más
vanguardista de Lisboa.
La panorámica de esta parte de la ciudad, con sus construcciones
vidriadas, la Torre Vasco da Gama y el puente de mismo nombre, contrasta
notablemente con la imagen de la Lisboa antigua. Una mirada diferente
de una ciudad que sorprende.
Lisboa deslumbrará al turista con su mezcla de estilos. Un destino
para todos los gustos, para maravillarse perdiéndose por sus
intrincados callejones y descubrir así la esencia de la cultura
portuguesa.
Imagen: jdiego_gr
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